Martes 28 Abril, 2015

Itajai Stopover, la experiencia de un chileno

© Victor Schuffeneger

Victor Schuffeneger nos relató como fue su experiencia luego de algunos días en la Stopover de la Volvo Ocean Race 2014-15 en Itajaí

Luego de un largo viaje desde Santiago al Balneario de Camboriú el Jueves 16 de Abril, me senté a planificar lo que sería mi estadía en los próximos días. Recuerdo haber pensado “mañana viernes, voy a Itajaí -a 15 minutos en transporte público- a retirar mi credencial de prensa y luego recorreré la ciudad puerto..”. No estuve tan lejos de eso, salvo que una vez dentro no pude volver a salir de la “race village”, donde comenzó lo que sería una experiencia inolvidable, simplemente fui absorbido por la atmósfera que allí se vivía.

Tuve el privilegio de poder recorrer la “race village” prácticamente sin visitantes, sólo estaban en ella algunos tripulantes, los equipos de tierra, medios de prensa, voluntarios, entre otros; esto me permitió disfrutar de cada una de las actividades programadas y puestas a disposición del público. Pude, por ejemplo, recorrer una maqueta en tamaño real de un Volvo Ocean 65 -velero con el cual se compite en esta regata- y prácticamente sentir lo que debe ser navegar cerca de nueve meses en ese velero que, por cierto, está diseñado totalmente para su performance. No hay lujo y comodidad alguna a bordo, me imagino lo duro que debe ser vivir en condiciones extremas durante la regata, como el extremo calor en las costas africanas o el frío extremo en el Cabo de Hornos.

Al pasar las horas pude apreciar el trabajo de una gran cantidad de personas en el “backstage”: los equipos de prensa internacionales en el “media center” redactando lo que pasa tanto en tierra como en el agua; el trabajo de los voluntarios quienes reciben día a día a los visitantes y los acompañan en su recorrido por la “Race Village”; el trabajo arduo y fatigante de la tripulación de tierra, arreglando velas, empacando comida, reparando el bote y sus maniobras, trabajos sin los cuales los veleros y sus tripulantes no podrían surcar los mares en busca de la gloria.

© Matias Daroch

Durante la tarde me llega una inesperada noticia, el CEO de Volvo Ocean Race y ex competidor de esta regata, Knut Frostad, estará presente en una mesa redonda junto a los equipos de prensa. Este hecho me permitió la oportunidad única de poder estar ahí y conocer más sobre el presente y futuro de esta competencia, que me atrevo a decir es la más extrema del mundo.

A eso de las 17:30hrs volví rumbo al hotel para luego encontrarme con Matías Daroch, quien viajaba a ver la regata invitado por “Volvo Cars Chile”. Durante la noche asistimos a un evento privado organizado por Volvo Latinoamérica, en el que nos llevamos una gran sorpresa al percatarnos de que todas las tripulaciones estaban presentes. Ahí estaban aquellos personajes que tanto admiramos, al fin tendríamos la oportunidad de estrechar sus manos, tomarnos una que otra fotografía y cruzar una que otra palabra. Se trató de gestos pequeños, pero serán momentos que difícilmente olvidaremos.

El objetivo de la premiación sería reconocer a las tripulaciones por sus lugares obtenidos en la etapa anterior y entregar el premio más significativo de la etapa, el que sería otorgado a la primera tripulación en cruzar el respetado, y muchas veces temido, Cabo de Hornos en el extremo sur de nuestro país.

© Matias Daroch

Al finalizar el evento todavía no lográbamos asimilar las cosas que pasaron esa noche; nos despedimos y mientras caminaba hacia el hotel no podía ni siquiera imaginar la jornada que viviría al día siguiente.

Dia de la InPort, Itajaí.

Me levanté temprano esa mañana de día Sábado, ansioso por ir nuevamente a la “Race Village”, a eso de las 08:30hrs ya iba en el bus junto a Matías comentando lo que había sido la noche anterior y con la aspiración de que este día fuese igual de espectacular.

Al llegar a destino, fuimos recibidos en el “pabellón Volvo” donde se desarrollaba una charla sobre la regata y el impacto que esta genera a nivel tanto local como internacional, luego de la presentación fue presentado el nuevo modelo de Volvo el XC90.  Parecíamos dos niños esperando que abriera un paque de diversiones para poder correr por todo el lugar, en este caso se trataba de la “Race Village”.

Llegado el ansiado momento, comenzó nuestro recorrido mientras le iba explicando a Matías qué había en cada pabellón que visitábamos.  A esas tempranas horas, los sitios restringidos para el público no estaban bien definidos, ya que las tripulaciones de tierra estaban preparando todo para la regata in-port que se correría en horas de la tarde, por lo cual habían retirado muchas barreras para su comodidad y sin querer pudimos estar aún más cerca de la acción.

En este recorrido podíamos ver a los Skippers (timoneles) rondando por el lugar mientras conversaban con todo el equipo para luego realizar las concentraciones respectivas y analizar las condiciones de viento que habrán a la hora de la regata lo que les permitiría definir una estrategia a seguir.

Pasaban las horas y con estas comenzaba a llegar cada vez más público, el ambiente comenzaba a parecerse a un carnaval más que a una regata, familias con niños corrían por el lugar, la música invitaba a la conformación de un ambiente divertido, donde las sorpresas comenzaban poco a poco a aparecer.

En medio de esa atmósfera festiva, me llega una notificación del equipo de prensa que anuncia la llegada de un deportista de talla mundial, un grande de todos los tiempos, nada más ni nada menos que Cafú, aquel futbolista que nos hizo temblar más de una vez que Chile se enfrentaba a Brasil en la década de los 90′. Él estaría presente en una corta conferencia y luego formaría parte, como invitado, de la tripulación del velero “Abu Dhabi Racing Team“; junto al timonel Ian Walker formarían una dupla de ensueño, lo mejor de lo mejor de dos deportes competirían en el mismo equipo por un sólo objetivo, llevarse la In-Port para la casa.

© Victor Schuffeneger

© Victor Schuffeneger

Sin embargo, ahí no terminaban las sorpresas, ambos deportistas tendrían un encuentro deportivo un rato antes de embarcarse, harían una competencia de dominio del balón, donde por supuesto el astro del fútbol demostró por qué es uno de los grandes de la historia del fútbol, pero Ian no se quedó atrás mostrando algo de “joga bonito” en su turno con el balón, sacando aplausos del propio Cafú, por la habilidad demostrada.
Cada vez faltaba menos para que los barcos zarparan para tomar colocación en la regata In-Port que estaba programada para las 14:00hrs hora local, pero no sólo ellos deberían zarpar con anticipación, sino que también debía dirigirme al “media center” para subirme al bote destinado para fotógrafos durante la regata.

La aventura comenzaba con una lluvia que a momentos nos hizo temer por la falta de viento, pero que  cesó a los minutos, seguíamos expectantes a que se levantara algo de viento ya que habían cerca de tres nudos y con eso no era suficiente para poder dar la largada. La regata programada para las 14:00 finalmente comenzó con escaso viento y diez minutos de retraso, lo que auguraba una jornada de trabajo larga pero no por eso menos entretenida.

Los seis fotógrafos a bordo provenían de Sudafrica, Argentina, Brasil y Chile; compartíamos palabras y especulábamos sobre las estrategias que cada equipo utilizaría, ya que una regata con tan poco viento y el mar con oleaje complicado iba a requerir de toda la pericia, no tan sólo del timonel, sino que de todos los tripulantes y, en ocasiones, hasta de los invitados a bordo de cada velero.

Finalmente, luego de una regata en extremo técnica se coronó ganador sorpresivamente el Team Brunel, quienes en gran parte de la competencia estuvieron relegados a las ultimas dos plazas, pero como dice en buen chileno “de atrás pica el indio” y en la última pata de la regata lograron hacerse poseedores del primer puesto, con una llegada “en cámara lenta” se coronaron como los vencedores de esta regata In-Port.

© Victor Schuffeneger

© Victor Schuffeneger

Una vez ya en tierra, las tripulaciones fueron recibidas como gladiadores en el coliseo romano con confeti, aplausos, gritos etc.

Entre todo ese ambiente fueron tomando sus lugares para la premiación inmediata y por supuesto las entrevistas correspondientes a cada timonel y a algunos invitados para saber cómo habían vivido la experiencia arriba del velero. Inesperadamante, de manera totalmente sorpresiva, entre el público asistente comienza a tocar la “Banda Filarmónica de Itajaí” al más puro estilo de las bandas Universitarias de Estados Unidos, tocando los últimos hits musicales al son de trompetas, bombos y platillos. Había vuelto el ambiente de carnaval, a este evento que a estas alturas es más que una “simple” parada del recorrido a través de mundo, sino que ya es ciertamente una fiesta de la navegación mundial.
© Matias Daroch
Fue un día largo, agotador, lleno de sorpresas y tenía ganas de más, pero comencé a ver lo que sería “el principio del fin” mientras todos disfrutábamos de los espectáculos y actividades, las tripulaciones de tierra comenzaban a desarmar las carpas de sus equipos, guardar equipos, alistar las cosas que deberán ocupar las tripulaciones a lo largo de la próxima etapa rumbo a Newport en la costa este de los Estados Unidos, fue un panorama que me entristeció, puesto que más allá del cansancio, hambre y sueño con Matías no queríamos dejar aquel entretenido y apasionante lugar para los amantes de la Vela.

Llegado el día Domingo, tomé quizás la decisión más difícil de ese fin de semana, que implicó no ir a ver la largada de la etapa a Itajaí como equipo de prensa, sino que me quedé en Balneario de Camboriú para ver la regata desde otro ángulo. Desde allí, podía divisar la costa de Itajaí a unos 6km hacia el Noreste. Llegada la hora de largada esperé, esperé y esperé, cuando de un momento a otro pude ver erguirse, por detrás de la península norte de Balneario de Camboriú, la vela de uno de los 6 Volvo Ocean 65 que partían rumbo a Newport. No lograba diferenciar cual era, me costó trabajo, pero luego de ver a todos los veleros navegando logré determinar la posición de cada equipo, fue un momento de sentimientos encontrados ya que podría haber estado ahí, desde el agua fotografiando minuto a minuto el comienzo de la etapa, pero no podría haber sentido la sensación de ver navegar hacia el infinito aquellas maquinas de ingeniería, que gracias a la ayuda de -a estas alturas ya no una tripulación- sino que un grupo de amigos surcan los mares frente a condiciones que, si bien se pueden estudiar y prever, pero no pueden olvidar que la madre naturaleza y el Dios Neptuno van a hacerles recordar que están ahí, siempre para ponerles obstáculos, para averiguar qué tan duros y fuertes son.

Ya terminado el viaje, vuelvo a Chile con una tremenda experiencia de vida, lleno de recuerdos, con un sueño hecho realidad….pero a su vez se suma otro, que en un futuro miles de personas en Chile puedan experimentar y vivir en carne propia, esta gran fiesta de la navegación mundial en alguno de nuestros puertos. Ademas debo agradecer a Volvo Chile por las pequeñas pero importantes invitaciones que me hicieron durante el fin de semana.

FOTOS PREMIACIÓN Y RACE VILLAGE

FOTOS REGATA INPORT

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