La Volvo Ocean Race y las dudas post Etapa 5

El triunfo de Ken Read queda en segundo plano, producto de la seguidilla de fallas sin precedentes que ha tenido esta versión de la VOR.
Hace unos días el “Mar Mostro” de Puma Ocean Racing, timoneado por el estadounidense Ken Read, se coronaba como el gran ganador de la 5º Etapa (Auckland – Itajaí) de la Volvo Ocean Race 2011-2012 (VOR).
Esta etapa no solo mostró lo inhóspito que es el Océano Pacífico, si no también lo dura que resulta ser una competencia de este tipo. Siendo las primeras víctimas de esto -antes de los equipos y las personas- los afamados VO70. Estos one-design, que ya van en su 3º generación, han sufrido una serie de adecuaciones durante el paso de los años, pero aún así demuestran fragilidad una y otra vez. Esto pone en entredicho la real viabilidad de poder tener un buen velero oceánico y un buen racer monocasco a la vez.

LA ACCIDENTADA VOR 2011-12
La rotura de mástil del “Groupama 4” fue la 3º rotura de este tipo que ocurre en la versión 2011-12 de la VOR, siendo la primera la que sufrió el “Azzam” de Abu Dhabi Ocean Racing durante la Etapa 1 y la segunda la del equipo “Puma Ocean Racing”, que peleaba en ese momento el liderazgo, en la misma Etapa 1. Cabe destacar que la última falla de este tipo se registró durante la trágica versión 2005-2006 de la VOR, siendo la víctima en esa ocasión el modesto “Brasil 1”, timoneado por el olímpico Torbel Grael; quien posteriormente resultó ganador de la versión 2008-2009 arriba del “Ericsson 4”.
Sumándose a lo anterior, en esta versión de la VOR, han sido comunes los problemas asociados a deslaminaciones en la proa, que todos -exceptuando el Puma- han sufrido una o 2 veces incluso, problemas con el aparejo, fallas en los mamparos y una rotura de timón (“Team Sanya” única víctima al momento).
La Etapa 5 -vivida en gran parte en el Oceáno Pacifíco- sólo vino a hacer debutar y repetir algunas de las ya fallas descritas, haciéndolas con ello más evidentes. Hasta el ganador Puma sufrió un pequeño problema con la caja que lleva su motor Volvo Penta, el mismo que motoriza el barco y carga las baterías.
Tanto ha sido la sorpresa que el mismo director general de Volvo Ocean Race, Knut Frostad, declaró su consternación por los numerosos daños que están castigando a la flota en esta edición. Ahora queda esperar la reacción de los distintos armadores y equipos, eso será ó cuando finalice la Etapa 5 ó cuando todos ya estén en Galway, el puerto final de la VOR 2011-12.
Volvemos a las preguntas iniciales. ¿Es viable tener un buen velero monocasco “racer” y un resistente oceánico a la vez? ¿ Es posible reunir todo esto, sin dejar velocidad, resistencia ni menos seguridad de lado?.
EL EVENTO DEPORTIVO Y SOCIAL QUE TODO HACE OLVIDAR
Recordemos que la Volvo Ocean Race no es solo una carrera que da la vuelta al mundo y que a su vez -desde la edición 2005-2006- realiza regatas costeras válidas con puntaje, sino que también es show y un gancho turístico en cada ciudad que visita. Ahí está el negocio y el valor indirecto de esta competencia. El mismo valor que hace que los sponsors y equipos no abandonen y vuelvan a la competencia una y otra vez.
Más allá de las dobles lecturas que se puedan realizar (negocio-deporte), hay algo que es seguro, la emoción que imprime y proyecta la VOR es única. Son decenas de miles los amantes de la vela que siguen día a día el tracker satelital y las actualizaciones diarias y en tiempo real que se generan. Si años atrás la máxima aspiración de un navegante (incluídos campeones olímpicos) era correr una America’s Cup, hoy lo es también dar la vuelta al mundo compitiendo en la Volvo Ocean Race.













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